- Lun Sep 21, 2009 3:14 pm
#18271
Abro este post porque me resultó la mar de curioso ver cómo se me censuró hace unos días por unos inocentes comentarios racistas.
En un foro está prohibido ser ofensivo. Sin embargo, cabe destacar que la ofensa y la herida son términos de lo más abstractos y subjetivos. Es todo una cuestión de estética. Aunque no queráis creerlo, a mí me ofende y me hiere mucho más una falta ortográfica que alguien defendiendo que los sudacas somos ratas de cloaca. Es un hecho que cada uno posee una sensibilidad estética propia que determina qué clase de contenidos pueden molestarle más.
Llegando a resultar una parodia de sí mismos, el caso más habitual es el de personas que insisten en lo ofensivo de un mensaje con contenido racista, misógino o clasista. No obstante, sigue siendo todo demasiado abstracto. Para empezar se remite a problemas de comunicación básicos. La gente hoy en día es demasiado gris y demasiado crédula. Sí, la mayoría de vosotros entra en ese saco. Edulcoráis vuestro sarcasmo para hacerlo menos molesto, aunque esto sea algo prácticamente paradójico. Esta queja contra la sociedad que tengo es la que me empuja a actos tan bien conocidos como tener mi camiseta del pollito con la esvástica. ¿Qué tiene de malo llevar una esvástica? No deja de ser un símbolo vacío. Todo símbolo, inclusive las letras (y por ende las palabras), nunca dejan de estar vacíos. La semiótica actual ha demostrado efectivamente cómo es el lector mayoritariamente quien llena de significado el mensaje, junto al autor de éste. Pero la sociedad, siempre asustada del cambio y de lo volátil, tiene que asentarse en una serie de referentes culturales y de lugares comunes. ¿Qué es una esvástica? ¿Qué son las palabras? No son nada y lo son todo. Es todo un trabajo interpretativo. Llevo la esvástica para reirme de todo aquel que pueda pensar que el llevarla me ata inequívocamente a una serie de cosas. Lo mismo para las palabras, ¿qué problema hay en que diga que sois unos negros de mierda? ¿Ello quiere decir que realmente piense que lo sois? A lo mejor. La gracia del lenguaje y de la comunicación, en mi opinión, radica en esta incapacidad para determinar con exactitud la verdadera naturaleza de las palabras ajenas.
¿A dónde nos lleva esto? Primero a comprender lo ridículo de ofenderse por un mensaje aparentemente ofensivo. La moral es un terreno de lo más pantanoso, y todavía lo es más si la inscribimos dentro del terreno lingüístico. Esto quiere decir que, aunque también debería ser sometido a un juicio detenido y reflexivo, un acto como escupirle a alguien en la cara es más fácil de etiquetar que un mensaje cuyo contenido puede tenerse por ofensivo.
El problema que surge entonces es: ¿qué es lo ofensivo? Puesto que todo contenido es de lo más variable, basarnos en éste para decidir lo ofensivo del mensaje es inefectivo, inútil diríase. El contenido es invisible a nuestros ojos: vemos el signo, no el significado. Y ésta es la premisa que nos llevará por buen camino, la visibilidad del signo. La forma de un mensaje es lo que puede ofendernos, lo que se ve. ¿Con esto quiero decir que la raíz de la ofensa ha de ser necesariamente un mal uso de la gramática? No, aunque sí puede serlo. Creo que es necesario ir al terreno estético. Todo mensaje tiene una carga estética, ínitimamente ligada (muchas veces) a una historia personal. Un mensaje cuyo contenido visible señala un desprecio a los negros fue algo estéticamente correcto hace bastantes años. Luego hubo un giro en los gustos sociales y pasó a verse mal, a ser anti-estético, el emitir mensajes de este tipo. Hoy en día me permito pensar que la constante política de lo políticamente correcto comienza a generar como contrapeso un revival de este tipo de mensajes. Pero lo estético está sujeto al cambio y a la subjetividad (esto no es del todo cierto, pero requeriría toda una redacción adicional, que ahora no me apetece escribir), por lo que es difícil establecer qué resulta globalmente ofensivo y qué no. A mí no me molestan los comentarios racistas contra mi raza (y conozco cantidad de gente que comparte mi punto de vista), y sin embargo este tipo de comentarios corren el riesgo de ser censurados. Pero, por ejemplo, una imagen del Che Guevara me resulta estéticamente hiriente. Diría que el caso de este icono ha llegado a tal punto que hasta su uso en un contexto irónico o sus versiones modificadas con un fin paródico me resultan estéticamente hirientes también. La repetición de un concepto, un término o un icono tienden a llevarlo al kitsch, a lo anti-estético. Lo expresé anteriormente en mi queja contra memes como el Orly?, mensaje que pudo resultar gracioso y sagaz en su momento, pero que ha sido utilizado hasta la saciedad, transformándolo en algo que hiere a la sensibilidad estética de cualquier persona que conozca la trayectoria del término. Hay quien defenderá el uso de estos iconos, términos y conceptos, pero irónicamente estará destruyendo aún más cualquier vestigio estético que pueda tener.
Todo es volátil, guste o no. Y más ahora que estamos sumergidos en una sociedad líquida, potenciada por el medio de internet. Hay que adecuarse. A todos nos ha parecido siempre un poco patético o un poco desubicado escuchar a una persona mayor haciendo uso de una terminología caduca mientras pretende que siga teniendo el mismo significado (su uso, no la terminología), el mismo peso que en el momento en que tuvo su época de gloria. Pues es lo mismo, puesto que internet reduce la esperanza de vida de la estética de todo aquello que nace dentro del medio. Mismamente se podría decir que nacen memes constantemente, enterrando a los anteriores. Ver a alguien utilizar el Orly?, por ejemplo, me hace pensar en estos señores mayores que pretenden mostrarse dicharacheros y divertidos utilizando maneras que han caducado hace tiempo. Y puede hacerte gracia, pero probablemente no será producida por el mensaje en sí, sino por la imagen en conjunto, la situación risible de esa persona utilizando eso y pensando que puede llegar a resultar estética.
Y, por favor, no me repliquéis sin saber de estética. Me veo venir algún argumento del tipo yo puedo no querer resultar estético. Mentira. Lo estético no tiene por qué ser una cara bonita. Hay una estética de lo bello, una estética de lo triste, una estética de lo sarcástico, et cetera. Es tener un poco de sentido común y de buen gusto, aunque irónicamente se pueda hablar perfecta y tranquilamente de una estética del mal gusto.
Cabe decir que realmente no veo venir algún argumento como ése, creo seriamente que nadie va a leerse esto. Quizá algún pajillero con demasiado tiempo libre.
A una persona, entonces, puede herirle y ofenderle mucho más una imagen de Che Guevara, un mensaje con fallos ortográficos o un meme demasiado utilizado más que un mensaje misógino, un insulto racista o un punto de vista clasista. Negarlo es demostrar que uno mismo es mucho más cerrado de mente de lo que pretende ser. ¿Es mi solución exigirle buen gusto a los usuarios del foro? Para nada. Lo quimérico de la tarea hace que la sola pretensión de educaros resulte cómica. Además que, llegados al último punto, defenderéis lo subjetivo del asunto. Creo que la solución es una verdadera libertad de expresión, promovida por una madurez en la interpretación del mensaje y una verdadera tolerancia a la libertad de expresión (escrita) del otro. Es una de las pocas cosas que aprecio de /b/ (para quienes no sepáis que es /b/, deciros que es una de las mayores fuentes de esos memes que tanto queréis). Allí sólo la pedofilia está prohibida, pero los mismos usuarios saben responder a esa prohibición con astucia, defendiendo en cierta manera esto que he expuesto aquí.
Mi punto es este: intentad ser maduros y reflexivos. Hoy en día la triste verdad es que se tiende a un absolutismo aberrante. Si yo dijese que estoy a favor de la anorexia, se me censuraría antes que permitírseme exponer mi punto de vista. La sociedad teme la aparición de ideas potencialmente perjudiciales (y lo perjudicial también está sujeto a debate) y por ello forma a sus ciudadanos para rechazar antes que analizar, prejuzgar antes que reflexionar.
Ésta es una de las verdades más tristes para mí: vivimos en una sociedad de la irreflexión. Invito a los aquí presentes a que luchen en contra de eso.
En un foro está prohibido ser ofensivo. Sin embargo, cabe destacar que la ofensa y la herida son términos de lo más abstractos y subjetivos. Es todo una cuestión de estética. Aunque no queráis creerlo, a mí me ofende y me hiere mucho más una falta ortográfica que alguien defendiendo que los sudacas somos ratas de cloaca. Es un hecho que cada uno posee una sensibilidad estética propia que determina qué clase de contenidos pueden molestarle más.
Llegando a resultar una parodia de sí mismos, el caso más habitual es el de personas que insisten en lo ofensivo de un mensaje con contenido racista, misógino o clasista. No obstante, sigue siendo todo demasiado abstracto. Para empezar se remite a problemas de comunicación básicos. La gente hoy en día es demasiado gris y demasiado crédula. Sí, la mayoría de vosotros entra en ese saco. Edulcoráis vuestro sarcasmo para hacerlo menos molesto, aunque esto sea algo prácticamente paradójico. Esta queja contra la sociedad que tengo es la que me empuja a actos tan bien conocidos como tener mi camiseta del pollito con la esvástica. ¿Qué tiene de malo llevar una esvástica? No deja de ser un símbolo vacío. Todo símbolo, inclusive las letras (y por ende las palabras), nunca dejan de estar vacíos. La semiótica actual ha demostrado efectivamente cómo es el lector mayoritariamente quien llena de significado el mensaje, junto al autor de éste. Pero la sociedad, siempre asustada del cambio y de lo volátil, tiene que asentarse en una serie de referentes culturales y de lugares comunes. ¿Qué es una esvástica? ¿Qué son las palabras? No son nada y lo son todo. Es todo un trabajo interpretativo. Llevo la esvástica para reirme de todo aquel que pueda pensar que el llevarla me ata inequívocamente a una serie de cosas. Lo mismo para las palabras, ¿qué problema hay en que diga que sois unos negros de mierda? ¿Ello quiere decir que realmente piense que lo sois? A lo mejor. La gracia del lenguaje y de la comunicación, en mi opinión, radica en esta incapacidad para determinar con exactitud la verdadera naturaleza de las palabras ajenas.
¿A dónde nos lleva esto? Primero a comprender lo ridículo de ofenderse por un mensaje aparentemente ofensivo. La moral es un terreno de lo más pantanoso, y todavía lo es más si la inscribimos dentro del terreno lingüístico. Esto quiere decir que, aunque también debería ser sometido a un juicio detenido y reflexivo, un acto como escupirle a alguien en la cara es más fácil de etiquetar que un mensaje cuyo contenido puede tenerse por ofensivo.
El problema que surge entonces es: ¿qué es lo ofensivo? Puesto que todo contenido es de lo más variable, basarnos en éste para decidir lo ofensivo del mensaje es inefectivo, inútil diríase. El contenido es invisible a nuestros ojos: vemos el signo, no el significado. Y ésta es la premisa que nos llevará por buen camino, la visibilidad del signo. La forma de un mensaje es lo que puede ofendernos, lo que se ve. ¿Con esto quiero decir que la raíz de la ofensa ha de ser necesariamente un mal uso de la gramática? No, aunque sí puede serlo. Creo que es necesario ir al terreno estético. Todo mensaje tiene una carga estética, ínitimamente ligada (muchas veces) a una historia personal. Un mensaje cuyo contenido visible señala un desprecio a los negros fue algo estéticamente correcto hace bastantes años. Luego hubo un giro en los gustos sociales y pasó a verse mal, a ser anti-estético, el emitir mensajes de este tipo. Hoy en día me permito pensar que la constante política de lo políticamente correcto comienza a generar como contrapeso un revival de este tipo de mensajes. Pero lo estético está sujeto al cambio y a la subjetividad (esto no es del todo cierto, pero requeriría toda una redacción adicional, que ahora no me apetece escribir), por lo que es difícil establecer qué resulta globalmente ofensivo y qué no. A mí no me molestan los comentarios racistas contra mi raza (y conozco cantidad de gente que comparte mi punto de vista), y sin embargo este tipo de comentarios corren el riesgo de ser censurados. Pero, por ejemplo, una imagen del Che Guevara me resulta estéticamente hiriente. Diría que el caso de este icono ha llegado a tal punto que hasta su uso en un contexto irónico o sus versiones modificadas con un fin paródico me resultan estéticamente hirientes también. La repetición de un concepto, un término o un icono tienden a llevarlo al kitsch, a lo anti-estético. Lo expresé anteriormente en mi queja contra memes como el Orly?, mensaje que pudo resultar gracioso y sagaz en su momento, pero que ha sido utilizado hasta la saciedad, transformándolo en algo que hiere a la sensibilidad estética de cualquier persona que conozca la trayectoria del término. Hay quien defenderá el uso de estos iconos, términos y conceptos, pero irónicamente estará destruyendo aún más cualquier vestigio estético que pueda tener.
Todo es volátil, guste o no. Y más ahora que estamos sumergidos en una sociedad líquida, potenciada por el medio de internet. Hay que adecuarse. A todos nos ha parecido siempre un poco patético o un poco desubicado escuchar a una persona mayor haciendo uso de una terminología caduca mientras pretende que siga teniendo el mismo significado (su uso, no la terminología), el mismo peso que en el momento en que tuvo su época de gloria. Pues es lo mismo, puesto que internet reduce la esperanza de vida de la estética de todo aquello que nace dentro del medio. Mismamente se podría decir que nacen memes constantemente, enterrando a los anteriores. Ver a alguien utilizar el Orly?, por ejemplo, me hace pensar en estos señores mayores que pretenden mostrarse dicharacheros y divertidos utilizando maneras que han caducado hace tiempo. Y puede hacerte gracia, pero probablemente no será producida por el mensaje en sí, sino por la imagen en conjunto, la situación risible de esa persona utilizando eso y pensando que puede llegar a resultar estética.
Y, por favor, no me repliquéis sin saber de estética. Me veo venir algún argumento del tipo yo puedo no querer resultar estético. Mentira. Lo estético no tiene por qué ser una cara bonita. Hay una estética de lo bello, una estética de lo triste, una estética de lo sarcástico, et cetera. Es tener un poco de sentido común y de buen gusto, aunque irónicamente se pueda hablar perfecta y tranquilamente de una estética del mal gusto.
Cabe decir que realmente no veo venir algún argumento como ése, creo seriamente que nadie va a leerse esto. Quizá algún pajillero con demasiado tiempo libre.
A una persona, entonces, puede herirle y ofenderle mucho más una imagen de Che Guevara, un mensaje con fallos ortográficos o un meme demasiado utilizado más que un mensaje misógino, un insulto racista o un punto de vista clasista. Negarlo es demostrar que uno mismo es mucho más cerrado de mente de lo que pretende ser. ¿Es mi solución exigirle buen gusto a los usuarios del foro? Para nada. Lo quimérico de la tarea hace que la sola pretensión de educaros resulte cómica. Además que, llegados al último punto, defenderéis lo subjetivo del asunto. Creo que la solución es una verdadera libertad de expresión, promovida por una madurez en la interpretación del mensaje y una verdadera tolerancia a la libertad de expresión (escrita) del otro. Es una de las pocas cosas que aprecio de /b/ (para quienes no sepáis que es /b/, deciros que es una de las mayores fuentes de esos memes que tanto queréis). Allí sólo la pedofilia está prohibida, pero los mismos usuarios saben responder a esa prohibición con astucia, defendiendo en cierta manera esto que he expuesto aquí.
Mi punto es este: intentad ser maduros y reflexivos. Hoy en día la triste verdad es que se tiende a un absolutismo aberrante. Si yo dijese que estoy a favor de la anorexia, se me censuraría antes que permitírseme exponer mi punto de vista. La sociedad teme la aparición de ideas potencialmente perjudiciales (y lo perjudicial también está sujeto a debate) y por ello forma a sus ciudadanos para rechazar antes que analizar, prejuzgar antes que reflexionar.
Ésta es una de las verdades más tristes para mí: vivimos en una sociedad de la irreflexión. Invito a los aquí presentes a que luchen en contra de eso.
Última edición por [M.] el Lun Sep 21, 2009 10:23 pm, editado 1 vez en total.