[COLUMNA DE LA SEMANA] Llevemos la mascarilla por debajo de la nariz
Estamos ya a mediados de marzo de 2022, en el disco 4 de la pandemia. Hace poco más de una semana el Gobierno anunció que pasaría de contar todos los casos de COVID-19 a registrar solo los graves y vulnerables. La gripalización de esta pandemia de narices al aire ya ha llegado de facto, y parece que esta situación se va a mantener en el tiempo y no vamos a volver a la locura de 2020 y 2021, a no ser que aparezca alguna nueva variante más virulenta (cosa extremadamente improbable, ya que los virus tienden a evolucionar a formas más suaves).
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con otros países europeos, como Dinamarca o Francia (que eliminó la obligatoriedad de las mascarillas en interiores el pasado lunes), en España se sigue manteniendo la exigencia de llevar el bozal en espacios cerrados. El Gobierno insiste en decirnos que "pronto" se quitará esta restricción, aunque por alguna razón se resiste a eliminarla o a darnos alguna fecha (que ya sabéis que a partir de cierto día te contagias, pero al siguiente no. Este virus es muy considerado, desde luego).
En fin, a lo que voy. Ahora que la pandemia ya está terminando gracias a la guerra de Ucrania, yo como TO ya he dejado de pedirles a los participantes de mis torneos que se pongan la mascarilla por encima de la nariz. Sinceramente, me trae sin cuidado si lo hacen o no: que hagan lo que les dé la gana.
«Hago un llamamiento a los TO de todo el país y les pido que dejen de llamar la atención a los jugadores que lleven la mascarilla por debajo de la nariz»
Los que me conocen saben que he sido uno de esos covidobsesionados (me perdonaréis el palabro que acabo de soltar) que, durante los torneos, iba persiguiendo a la gente con gel hidroalcohólico, desinfectaba las sillas (menuda pérdida de tiempo, ¿verdad?) y se dedicaba a decirle a todo el mundo que se subiera la mascarilla.
En el Super Charge Shot lo estuve haciendo, sobre todo con la gente de fuera, que no está acostumbrada a saber lo que quiero solo con mis miradas asesinas (lo siento, Spize, de verdad, y lo digo en serio), y yo mismo he jugado mis sets con las gafas empañadas. Basta con que miréis el set que juego en stream contra ElSantoGTZ (o mejor no lo hagáis, porque me dio tal repaso que todavía me duele al sentarme) para ver que todas las personas que juegan con gafas y mascarilla tienen un hazard extra.
Hago un llamamiento a los TO de todo el país y les pido que dejen de llamar la atención a los jugadores que lleven la mascarilla por debajo de la nariz o que estén llevando una botella de agua encima todo el rato para aprovechar el bug. En una situación pandémica grave soy el primero que cancela torneos o se pone en plan dictador amenazando con DQ a todo aquel que no lleve la mascarilla bien puesta, pero... ¿de verdad tenemos que seguir haciéndolo a estas alturas? Ha llegado ese momento en el que parecemos idiotas, y en pleno marzo de 2022 esto ya empieza a pasar del ridículo.
Si por mí fuera yo dejaría entrar a todos los jugadores sin mascarilla, pero por desgracia la ley todavía no nos lo permite. Hasta que las instituciones decidan dar el paso y la gente pierda este miedo absurdo (lo vais a coger todos igual si no lo habéis pillado ya, en serio), al menos yo voy a dejar de llamar la atención a la gente que lleve la mascarilla por debajo de la nariz. Más cuando muchos casters y top players no la llevan porque ellos, como ya sabéis, no contagian.
Si tras leer todo esto alguien está indignado (en serio, seas quien seas, lee la prensa), quiero recordar no solo que la Administración ha cambiado sus métodos para contar los casos y que ya no nos bombardean con números diarios, sino que se están acortando las cuarentenas o eliminando restricciones a contactos estrechos. Las UCI están ya a niveles normales de ocupación y la gran mayoría de la población no solo está vacunada, sino que pasa la enfermedad de forma muy leve, incluyendo incluso a personas de riesgo o a gente sin vacunar. Si eso es así... ¿de verdad tiene sentido mantener esta psicosis?
Nada, gente. Si os encontráis mal antes de un torneo, no vengáis y quedaos en casa. Como hacíais antes de 2020, vamos. Y ya está.
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