[COLUMNA DE LA SEMANA] La vida más allá del Smash
¿Qué tal, gente? ¿Cuánto tiempo, eh? Tras un año y medio de sequía de columnas a este servidor le ha apetecido desempolvar un poco esta sección. Mirad si ha llovido desde la última columna que, cuando se publicó, MkLeo aún era top 1 mundial según UltRank y el listado del top 100 de SBS que ahora tenemos tan asumido ni siquiera existía (aunque estaba cerquita de ello). En cuanto a mí, y centrándome ya en el tema de esta columna, a lo largo de este tiempo dejé mi trabajo y estuve preparando unas oposiciones que recientemente aprobé. Pude hacerlo todo sin dejar de lado el Smash competitivo, aunque sí es cierto que tuve que hacer algún que otro “sacrificio”; ese es justamente el asunto que quiero tratar en esta ocasión.
Cuando comencé a competir allá por 2021 no tenía ningún problema para ir a cualquier torneo aparte del desplazamiento. Estaba con el máster online y, como no empecé a trabajar hasta inicios de 2022, si tenía que socializar o quedar con mi pareja tenía la semana entera para hacerlo y así reservarme los sábados o domingos para competir. Teóricamente con el trabajo tampoco tenía problema alguno ya que libraba todos los fines de semana; sin embargo, por aquel entonces surgió el primer contratiempo: mi entorno también empezaba a trabajar. El abanico de disponibilidad con el que podía organizar mi mes se reducía de tal manera que me veía obligado a elegir entre no ir a un torneo o no ver a mi novia o a un amigo como en dos semanas ya que solo ese finde en concreto lo tenían libre.
Si leyendo esto no ves ningún problema y eres capaz de pasar semanas ignorando torneos por otros planes, enhorabuena, lo estás haciendo bien. Desgraciadamente, ni para mí ni para mucha otra gente de la comunidad es así de fácil. Últimamente he notado que se ha desarrollado en SBS lo que se denomina “FOMO” (fear of missing out) o, en cristiano, miedo a perderte un torneo que en tu cabeza piensas que va a ser espectacular y/o en el que lo vas a hacer genial. Se ha creado un tipo de lazo emocional con la competición que, como si fuese una especie de adicción, la falta de aquel afecta a tu estado de ánimo.
«El Smash es algo temporal en tu vida y siempre va a estar ahí si quieres volver, mientras que otras cosas más importantes igual no»
La principal causa es lo hiperconectados que estamos en Twitter (me niego a llamarlo X), el cual actúa como portal de casi todo lo que ocurre en SBS y en la comunidad de Smash en general. A eso le sumamos las ambiciones de muchos jugadores por querer salir en el ranking ―encima de que se ha ampliado a 100― y que hay semanas en las que, como ocurrió del 22 al 24 de marzo, llega a haber 29 torneos. Tantos torneos conllevan una gigantesca cantidad de tweets de gente hablando de ellos, lo que al final lleva a algunas personas a sentirse excluidas si no van a uno. Hay ejemplos de estas bolas de nieve publicitarias que se inician en Twitter; por ejemplo, tenemos el "Area Zero #5 ", el cual llenó las 128 plazas en tan solo 4 minutos o, por hablar de algo de mi tierra, en Zaragoza por primera vez en su historia se llegó al tope de 48 participantes en "The Cage Series 20 " en un solo día.
Si hablaba de “sacrificio” al principio de esta columna es porque, cuando comencé a no tener tiempo por estar estudiando la oposición mientras que antes podía ir cuando quisiera, yo sí sentí una especie de vacío o angustia al faltar a algunos torneos a los que tenía ganas de asistir, sobre todo nacionales, ya que mi intención antes de retirarme es ser Top 50 de España. Ya me ocurría algunas veces cuando comenzó el tema de elegir entre torneo o pareja/amigos, pero sin duda la oposición fue el detonante definitivo de esta angustia. Sin embargo, ya teniendo plaza y con la mente fría, me he dado cuenta de que realmente no tuve que hacer ningún sacrificio. Al contrario, haber ido a los torneos en vez de haber estado hincando codos como un desgraciado sí habría sido un sacrificio contra mi futuro. Poneos en mi situación e imaginad que al fin hacéis Top 50 a cambio de perder la oportunidad de tener un trabajo de por vida. ¿De verdad alguien pensaría que merece la pena?
Muchas veces pasamos por alto algo tan obvio como esta pregunta retórica simplemente por una necesidad imaginaria que nos hemos impuesto al estar consumiendo torneos, rankings, clips, streamings… de manera compulsiva. Hay que ser conscientes de que el Smash es algo temporal en tu vida y que siempre va a estar ahí si quieres volver, mientras que otras cosas más importantes igual no. En ocasiones leo en redes a jóvenes darles rabia faltar a algún torneo porque tienen exámenes, cumpleaños, viajes o hasta partidos de baloncesto. De verdad, en España hay casi infinitas oportunidades de competir, y si no puedes ir al nacional o mensual de este mes, no te preocupes porque seguramente al siguiente habrá otro. Aprovechad mientras podáis para dedicarles tiempo a vuestros amigos, pareja, familiares y sobre todo a vosotros mismos, que sois más importantes que lo que cualquier torneo os pueda ofrecer. Este mensaje también va para quienes no pueden competir como antes por la vida adulta, para que no se agobien ni estresen, para que comprendan que es normal e incluso bueno que con mayor edad tengamos responsabilidades y preocupaciones más importantes que el jueguito.
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