En la enormidad de Internet, te puedes encontrar de todo. Si ocurre algún suceso, lo sabrás por multitud de medios de comunicación. Si necesitas cualquier información sobre cualquier cosa, siempre habrá al menos una persona entendida que podrá iluminarte de forma más o menos fiable. Y, si entramos en algo más concreto, el mundo de los videojuegos, ahí el asunto se expande. Si hay un videojuego medianamente popular, todos darán su opinión, por mucho que hubiera que decirle un par de cosas alguna gente a la hora de presentarla. Asimismo, que no se dude de que plataformas de vídeo y transmisión en directo como YouTube o Twitch se plagarán de contenido sobre ese juego. Esto es algo que ya tenemos asumido la inmensa mayoría de nosotros, casi como respirar. Sin embargo, hoy quiero hablar sobre un tema en específico, que ya me está resultando algo difícil de refrenar: la originalidad.

Nosotros aquí hablamos, preferentemente, de Super Smash Bros. Se podrían hacer veinticinco columnas y media si extendiéramos este concepto hacia otros juegos, pero eso, atengámonos a lo que es nuestro. En nuestra comunidad hay un grupo de creadores que se esfuerzan por mantener viva esta faceta de la jugabilidad. Destacando entre ellos el barcelonés Sisqui, que aparte de sus triunfos en el aspecto competitivo, hace directos en Twitch con decente popularidad. Pero seamos sinceros, aún estamos lejos de alcanzar los números de nuestros compañeros al otro lado del charco. La escena americana no solo es más fuerte a nivel técnico general, sino que amasa visualizaciones y cantidad real de creadores de contenido muy superiores a los que llegamos actualmente. Ya sabemos que todo se masifica en lo que respecta a la escena estadounidense, pero, en mi opinión, la realidad no es tan rica como cabría esperar.

Todos los medianamente formados en este juego sabemos lo que ocurre cuando un personaje abusa demasiado de un movimiento en específico. O si se pasa de rosca al esquivar. Exacto, la acción pierde eficacia, se vuelve menos útil, se hace más monótona y aburrida. Ese último adjetivo quizá no es muy acertado, pero si hablamos del contenido que estas grandes cuentas publican cada semana, cada día incluso, creo que le queda como anillo al dedo.

Tampoco se pide, evidentemente, que cada vídeo sea una ruptura con lo anterior, una obra increíble que redefina el género de la jugabilidad, pero hay ciertas cotas que casi ninguno de estos logra pasar. Vídeos de combos casposos, que parecen editados por un capibara de espaldas; reacciones insulsas a los típicos «top diez veces que fulanito rompió el mando», con una risa más falsa que las monedas de tres euros; meterse en línea con cierto personaje y repetir una misma jugada cinco mil veces, entre memes más manidos que un trapo, asegurándose siempre de caer en los mismos clichés («jaja, es gracioso porque este personaje es malo, porque solo campea, mirad como campea, ¿soy gracioso ya?») o los ya famosísimas «cosas que un main x nunca diría», con un humor que hace que mis globos oculares giren sobre sí mismos cual noria. Porque sí, efectivamente, un main Sonic nunca diría: «¡Me encanta acercarme al rival, odio estar en el borde con escudo!». No has descubierto la rueda, DKJack99.

«Tampoco se pide, evidentemente, que cada vídeo sea una ruptura con lo anterior, pero hay ciertas cotas que casi ninguno de estos logra pasar»

Si a esto le unimos la increíble falta de humanidad en muchos de ellos, con una evidente careta de «contenido» que parece que más que un vídeo de una persona, están viendo un anuncio de venta de coches de ocasión, tienes el paquete completo del YouTuber de Smash ansioso por convertir cada pulsación de botón en eso, contenido que proyectar cual manguerazo a la boca de sus espectadores. Es el equivalente audiovisual a una cadena de comida rápida. Es cierto que llenar, llena, y en el momento pues puede sacarte una pequeña sonrisa con el meme de turno, pero al final, a poco que se gana perspectiva, un canal de este estilo parece, más que un lugar donde encontrar un rato para desconectar y echar el rato con una personalidad agradable que, además, juega bien al juego, una cadena de montaje en el que todas las miniaturas dicen lo mismo: consume, consume, jaja amogus.

Puede que parezca que esta columna va cargada de odio, pero nada más lejos de la realidad. Soy de la opinión de que siempre se puede mejorar, y por supuesto no todos en este mundillo caen en esto. Solo digo que, si vas a crear algo, que sea porque realmente te sale de dentro, y no para cumplir con una cuota a duras penas. Está bien vivir de la creación de contenido, y si tienes que asentarte en estas prácticas, adelante. Pero después, que no te extrañe que otra gente critique que vendas carne de plástico en lugar de filetes.