[COLUMNA DE LA SEMANA] El arte de competir

Competir es un arte que brilla por su ausencia. Esto es algo que se ve a simple vista y no creo que esté diciendo nada revolucionario. Sin embargo, este es solo mi punto de vista y este es un tema tremendamente sujeto a un debate del que muchos podemos salir beneficiados, e incluso ganar nuevas perspectivas en lo referente al juego.
Pero entonces, ¿qué es competir? Si tuviera que resumirlo en pocas palabras, sería: abusar del juego. Eso es lo que para mí significa competir. Antes de continuar quiero dejar una cosa clara, y es que existen mil y una razones por las que alguien querría competir a cualquier cosa, pero algo que es innegable es que el objetivo final de la competición es ganar, si tu objetivo al final del día no es ganar, no se puede decir que realmente estés compitiendo. Y aquí es donde radica el problema, muchas veces no estamos dispuestos a hacer lo que hace falta para ganar.
Dejando de lado el mindset (un tema del que ya se ha hablado larga y tendidamente), aquí nos enfrentamos a un problema puramente mecánico. Tenemos miedo. Miedo de abusar de las posibilidades que nos ofrece el juego. El origen de este miedo es tanto interno como externo. Por una parte, tenemos el típico que dirán; ¿qué dirán si campeo con Sonic? ¿Qué dirán si abuso del nair de Palutena? Y un largo etcétera. Por la otra, tenemos un divertido concepto del honor, puedo ganar con mi personaje, piensan unos, no me hace falta hacer esto para ganar, piensan los otros. Esto no es algo intrínsecamente malo, pero no deja de ser un limitador que nos autoimponemos.
«Si tu objetivo al final del día no es ganar, no se puede decir que realmente estés compitiendo»
Estas y muchas otras palabras no se las escucharás decir a un competidor de alto nivel en ningún ámbito. Que a ti no te guste campear no significa que tu rival no vaya a abusar inmisericordemente de este hecho si eso significa ganar, y si puede quitarte un stock a base de ledgetraps lo hará, por lo menos si compite al juego.
Todo esto debería parecer muy obvio, pero no es algo que se vea día a día en nuestra comunidad. Todas las semanas hay un personaje que rompe el juego, todas las semanas hay algún matchup infumable, todas las semanas se pide que balanceen el juego. Ojo, no estoy en contra de los parches de balanceo; permiten mantener el juego fresco y un metajuego dinámico. Pero no podemos estar sentados esperando soluciones que puede o no que lleguen. En lugar de lamentarte por un matchup, estúdialo. Si la mecánica de algún personaje te da problemas, busca sus debilidades y abusa de ellas, y si no las tiene, busca otro camino. Difícil, ¿verdad? Y es que esa es la naturaleza de la competición; inmisericorde, difícil y estresante.
Si no suena nada apetecible, no puedo hacer más que empatizar contigo, pero quien piense que la competición va de otra cosa vive en Teletubbilandia. Algunos querrán destacar el aspecto social de la competición y que eso es lo que les impulsa. Eso es innegable, tan innegable como que en el aspecto social se una la competición como un medio y no como un fin. Tú coincides con tus amigos en torneos, pero si ese es el fin, no estás compitiendo.
No creo que todos debamos ser autómatas que solo jueguen top tiers de la forma más óptima posible. Ese no es el objetivo final (aunque sí el final teórico del metajuego), el objetivo final es que aprendas a abusar de las herramientas de las que dispones, que aprendas el arte de competir.
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