Por los motivos que sean me encuentro pasando una etapa de desencanto con Smash. Es algo que nos puede pasar a cualquiera por cualquier razón: los exámenes de la universidad, el estrés del trabajo o simplemente una falta de motivación pueden llevarnos a no querer jugar; en mi caso, simplemente me he ido dando cuenta de que el juego no es para mí y siento que mi papel como tal no es jugar al juego. Sin embargo, sigo siendo partícipe de la comunidad, sigo escribiendo columnas y, en general, sigo aquí. ¿Podemos decir que he dejado el juego? ¿Qué significa siquiera dejar el Smash?

Quizás la introducción pueda confundir a algún lector no muy avispado; sin embargo, el final debería daros alguna pista sobre el tema a tratar. El Smash es mucho más que un juego, podríamos citar a cualquier shonen y replicar su mensaje: “el Smash son los amigos que hicimos por el camino”. Sin embargo, que haya dejado el juego tan solo es cierto parcialmente, no quiero dejar de asistir a torneos ni de organizarlos. De hecho, en noviembre iré a mi primer major, el Tech Republic VI, y ni siquiera voy a jugar al Smash, tan sólo me he apuntado al side-event de Rivals of Aether (un juego de peleas que sí me interesa) y mi objetivo no es otro más que socializar.

Smash se ha convertido en un pilar tan central de mi vida que simplemente no puedo dejar el juego, no puedo dejar de ir a los torneos y no puedo dejar de organizarlos, porque al igual que la universidad o el grupo de amigos, la comunidad de este juego me ha aportado momentos y amistades inolvidables. Para mí, Smash nunca fue un fin, sino un medio para llegar a la comunidad, para estar con vosotros, y gracias a él he conocido personas que nunca olvidaré.

«Para mí, Smash nunca fue un fin, sino un medio para llegar a la comunidad, para estar con vosotros, y gracias a él he conocido personas que nunca olvidaré»

Quizás para algún top player que se saca 200€ o más al mes jugando al juego sí que pueda ser un fin, pero para nosotros, los que no llegamos a top 3, ni obtenemos premios, ni salimos en los rankings, el ámbito social del juego y las experiencia que nos aporta en comunidad probablemente sea uno de los mayores motivos por el que seguimos jugando. Como ya he dicho, gracias a este juego he llegado a personas que nunca hubiera conocido de otra forma. De hecho, podemos demostrarlo con un pequeño experimento mental:

Supongamos un local en el que los monitores son dobles y están enfrentados, así que no tienes que verle la cara a tu rival. Cada uno juega su partida, Ladder, torneo o lo que sea de forma normal y cuando acaba, se levanta, le da la mano a su oponente, y se va de la consola. En freeplays, nadie habla entre sí, y la grada está callada viendo solamente el juego. ¿Creéis que un jugador que no gane dinero en este evento asistiría después de uno o dos? Yo creo que no, es el aspecto social lo que nos mantiene pegados al juego, lo que en parte hace que sigamos queriendo jugar junto a las metas que nos podamos poner a nivel competitivo (por ejemplo, ser el mejor de tu región o con tu personaje).

En mi caso, me desencanté del Smash porque, como juego competitivo, no me parecía para nada bien diseñado. Tenía ya varios problemas con él (el buffer, el masheo, etc.) y al añadir a los personajes del segundo pase de batalla, me di cuenta de que quería centrarme en mejorar en otros juegos que sí me interesan más. Y sin embargo, sigo yendo a los torneos de Smash aunque no juegue en ellos al juego, me gusta irme a comer con la gente en los eventos, hablar con ellos y contarles mi vida, porque ya no son sólo personas con las que juego, se han convertido en mis amigos, y no puedo dejar de ir a ver y hacer cosas con mis amigos. Al fin y al cabo, lo que nos unía era el Smash o los torneos de Smash y eso no va a cambiar. Supongo que sigo teniendo pasión por el juego, sólo que de una forma que yo disfruto.

Al final del día, tan sólo pretendo que estas palabras os hagan reflexionar sobre lo que puede significar el Smash para vosotros. Si estáis quemados del juego, podéis dejar de jugar una temporada, no hace falta que dejéis de ir a eventos, hay más formas de disfrutar del Smash que jugándolo, y creo que eso es lo bonito de este juego, que todos empezamos igual, como unos malos que querían competir y mejorar en el juego o conocer gente al menos, y poco a poco, todos fuimos descubriendo formas distintas de disfrutarlo a nuestra manera. Es en la libertad donde nace la creatividad de cada uno, y de la creatividad la belleza que cada uno aporta, a su manera, al juego.