He podido escuchar recientemente conversaciones y opiniones de algunos jugadores a los que les parece molestar todo el ruido que puede darse en la grada: gritos, cantos, etc. La grada, que es uno de los lugares más animados en un torneo, puede ser fuente de molestia para los jugadores en un juego en el que el mental lo es todo Todo este entorno me hace querer reflexionar no sólo sobre el comportamiento ideal en una grada, sino también sobre el valor que nos da como comunidad, porque a partir de lo que uno ve en una grada se puede llevar una impresión general de la comunidad.

Me gustaría entrar más en detalle con un ejemplo sobre qué imagen puede dar una grada. Seguro que todos recordáis algún partido de fútbol en el que, tanto en el transcurso o después del mismo, algunos aficionados saltaron las paredes que separan grada y campo, y después, los tan horribles hinchas fueron protagonistas de diversas peleas en los bares. Recuerdo ver esto de pequeño y pensar: “No me gusta el fútbol si todos sus aficionados son así”. Y aunque unos pocos no representen a una comunidad entera, sí que pueden ser suficientes como para transmitir una mala imagen.

Por suerte, en la comunidad competitiva de Smash española no hemos llegado a presenciar este tipo de comportamientos deleznables. Aun así, creo que en un juego en el que se requiere pensar tanto, la grada puede suponer una distracción para ambos jugadores. Para esto hay dos soluciones: la primera, que es mandar a callar a la grada o pedir silencio; y la segunda, que se trata del aislamiento sonoro y quizás incluso visual de los jugadores respecto de la grada. No se trata de que la grada no vea o escuche a los jugadores, sino que los jugadores no vean ni escuchen a la grada; de esta segunda opción sí soy partidario.

Eliminar la grada sería muy perjudicial, en mi opinión, para la escena competitiva, porque sirve como punto de reunión para los jugadores y las distintas personas que son partícipes en la comunidad, es en parte una forma de expresión pues cada grupo puede tener unos gritos o cánticos distintos a la hora de animar a sus jugadores. Y no sólo eso: en parte, cuántas personas haya sentada en una grada, por ejemplo, en una actividad de un salón del manga, es una medida de cuán popular es la actividad, luego nuestra grada nos sirve para mostrar al mundo verdaderamente cuánta gente se interesa por el Smash.

«Eliminar la grada sería muy perjudicial, en mi opinión, porque sive como punto de reunión para los jugadores y las distintas personas que son partícipes en la comunidad [...]»

Aunque también deberíamos verlo desde el punto de vista del jugador: cuando estás bajo tanta presión, sobre todo al acercarse a las rondas finales del torneo, es normal que el efecto de la grada pueda influir más en tu rendimiento. Una de las cosas que más desconcentra y desmotiva es escuchar los comentarios de los espectadores sobre la partida, no sólo durante la misma sino al acabarla también; puede ser algo muy deescorazonador que podría dejar la mentalidad afectada durante el resto del torneo. Al ir a stream te expones como jugador a los espectadores y a su crítica, es algo que puede resultar muy duro para el jugador; sin embargo, también es una de las muchas habilidades que hay que desarrollar en este juego: aguantar a la grada.

A final de cuentas, y en mi humilde opinión, la grada es uno de los elementos más importantes en un torneo: le da vida, le da ruido y hace que los demás nos miren, demostrando hasta dónde ha llegado este juego en nuestro país, y como ya mencioné en la columna anterior, es en la grada donde también pueden nacer amistades, y donde se puede dar gran parte de la socialización en los torneos. No perdamos esta costumbre tan bonita.