Me pasa algo, que no sé si te pasará a ti también, y es que conforme más entreno más malo me vuelvo… o al menos esa es la sensación que me da. Creo que será más fácil explicarme si simplemente te pongo un ejemplo.

Cuando retomé el Smash a principios de abril llevaba tres meses sin jugar. Fui sin expectativas, tan solo para olvidarme un rato del trabajo y pasar una mañana divertida con gente que echaba en falta. Pasé de ronda por DQ, y sin comerlo ni beberlo me dispuse a hacer el upseteo más legendario que haya hecho nunca.

¿Por qué ocurrió algo así? Evidentemente está la parte mental. Sin presiones, juegas tranquilo y todo te da igual, pero hay también algo más y considero que tiene mucho que ver con el punto central de esta columna: al llevar tanto sin jugar ni entrenar, no tenía nada preprogramado en mi cabeza y simplemente podía fluir y adaptarme.

No buscaba optimizar combos, tampoco tenía gameplan alguno, ni pensaba demasiado en si en este matchup conviene jugar de una forma u otra. Simplemente puse mis ojos en el personaje del oponente y me dejé llevar por mis instintos.

¿Es entonces la solución para mejorar dejar de jugar o entrenar? En absoluto, y mis dos sets siguientes mordiendo el polvo son prueba de ello.

¿Entonces ese título que dice que jugamos peor conforme más entrenamos qué? Bueno, tenía que llamar tu atención de alguna forma, aunque no sea precisamente una mentira. Cuando tratemos de mejorar, pasaremos por una fase en la que empeoraremos, hasta que podamos integrar los nuevos aprendizajes y asimilarlos. Será entonces y solo entonces cuando notemos la mejoría.

Al final, esto no es tan distinto de cuando nos enseñó alguna vez el típico amigo que entiende (o cree que entiende) de baloncesto, a cómo tirar correctamente la pelota. Tú estás ahí con tu método feo lanzando en una posición que podría quitarle el sueño a Michael Jordan, acertando uno de cada tres tiros, y cuando te explica cómo poner las piernas y hacer el movimiento de una ola o nosequé tiras la bola con toda tu fe pero ni siquiera rozas el aro.

Esta sensación incómoda sosteniendo la pelota de forma extraña me recuerda mucho a la primera vez que me puse a labbear los short-hops, o incluso a algo más reciente, que fue cuando traté de incorporar el slingshot a mi juego. Es algo que te va a hacer perder la partida con mucha más probabilidad que hacer como siempre y simplemente spammear el side-b y mashear las primeras tonterías que se te pasen por la cabeza.

«Cuando tratemos de mejorar, pasaremos por una fase en la que empeoraremos, hasta que podamos integrar los nuevos aprendizajes y asimilarlos»

Aprender nuevos conceptos no solo va a hacer que necesites un tiempo de adaptación para integrarlos e incorporarlos a tu juego sin que te molesten, sino que también va a generarte otra serie de problemas: conforme más sepas, más predecible y condicionable te puedes volver.

Esto es algo de lo que me he dado cuenta entrenando en las sesiones con Pepo: la mente del top-player procesa utilizando toda la información que ahora estoy aprendiendo y va incorporándola a fórmulas rápidas que reducen las opciones del rival en mitad de la partida. Si dicho rival funciona con el mismo lenguaje es mucho más fácil leerlo y prevenir lo que hará.

Con estos razonamientos no pretendo desalentar a quien está tratando de mejorar a nivel intermedio, sino todo lo contrario. Mi intención es prepararlo para lo que está por llegar y que sea más fácil encontrarle una explicación que le aliente a continuar por este camino.

Todos los conceptos que estés aprendiendo, todo lo que te has esforzando tanto por optimizar, llegará un punto donde dejes de tenerlo en cuenta y no sea más que una herramienta extra en tu arsenal. Cuando llegues a ese punto serás mucho más fuerte.

En realidad, yo no conseguí jugar tan bien aquella vez por llevar sin jugar meses, la verdadera razón por lo que lo logré fue porque todo aquello con lo que antes tanto me había roto la cabeza por incorporar pasó a formar parte de mí de una forma más inconsciente o implícita.

Actualmente estoy luchando por aprender muchas cosas, y todo eso noto que me está haciendo jugar más despacio y predecible que nunca. ¿Puede que me pase una temporada no subiendo de los 2-2 en los torneos? Es posible, pero estoy dispuesto a pagar el precio, pues sé que si aprendo a jugar fijándome en todos estos factores que antes desconocía, la próxima vez que simplemente fluya seré muchísimo más peligroso. O al menos eso quiero pensar.

Espero que alguien que esté pasando por un proceso similar al mío haya podido identificarse, y si además de eso leerme le ha dado esperanzas o le ha ayudado a entender mejor algo de su situación, yo ya habré conseguido mucho más de lo que pretendía; que simplemente era contaros un poquito de mi vida, que tanto trabajar en la nueva clínica me tiene muy aburrido.

Nada, nos vemos en bracket gente. Cuidaos mucho, bebed agüita y recordad:

"El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero solo el necio se queda sentado en él" 

—Literalmente el primer proverbio chino que he encontrado por Google (2022)