Adiós, Smash 4
Como muchos sabréis, los servidores de las consolas WiiU y 3DS cerraron la semana pasada, lo que significa que no podrán volver a aprovecharse sus funcionalidades online nunca más. Esto afecta, obviamente, a los dos juegos de la saga que nos ocupa: Super Smash Bros. para Wii U y 3DS, que en la comunidad son conocidos como "Smash 4". Como era de esperar, mucha gente ha decidido volver a jugar estas entregas, a modo de "despedida": aunque los juegos siguen teniendo sus funcionalidades offline intactas, muchas personas consideran que es como si "un capítulo de su vida se cerrase".
Las redes se han inundado de usuarios compartiendo sus recuerdos sobre Smash 4 y en la Redacción de SmashBros.Spain no hemos querido ser menos. Por ello, os compartimos unas palabras de Tunio, Ramonium y Jasku sobre lo que este juego significa para ellos. Os animamos a dejar un comentario en el que hagáis lo mismo.
Tunio
Últimamente estoy viendo a bastante gente opinando sobre el competitivo de Smash 4. Cosas como "¿de verdad jugábamos a esto?" seguido de un clip de alguna injusticia, o respuestas como "pues en realidad no estaba tan mal, si le quitas los últimos años com Bayonetta, su meta era mejor que el de Ultimate". La realidad es que nada de esto importa ya, porque Smash 4 no va a volver; así que veo mejor que nos dejemos de discusiones inútiles y que cada uno hable de lo que ese juego significó para él.
Creo que ya he comentado alguna vez que la de Smash 4 me parece, en comparación, la posición más débil de la saga. Me explico: en la época en la que Smash 4 era el juego "en vigor", yo volví muchas veces a Brawl. Era el juego de mi infancia así que tan solo la interfaz y los sonidos me daban muchísima nostalgia; pero era, sobre todo, por su contenido. Volver a jugar Snake, Squirtle, Ice Climbers, Wolf... personajes que en el nuevo juego de la saga no estaban y que ahora podía volver a distrutar con nuevos ojos. El Emisario Subespacial, el modo de Jefes Finales, las dianas, todo esto eran cosas que me hacían volver a Brawl. Sin embargo, en todo el lapso de vida de Ultimate, no he vuelto a tocar una sola vez Smash 4. He jugado 64, Melee y Bawl, pero no Smash 4, ni un solo minuto.
¿Para qué volver a ese juego? Los personajes los tengo todos en Ultimate (salvo Charizard como personaje único), en tema visual y de efectos de sonido no destaca tanto como otras entregas: obviamente es mejor que los juegos anteriores en aspectos técnicos, pero no tiene un "estilo" tan único que lo haga diferenciarse. ¿Y los modos de juego? ¿Ese modo "Clásico" (arcade) que para mí es el peor de la saga? ¿Ese modo Tablero que nunca me gustó? ¿Esos ataques especiales personalizables que al final nunca acabé utilizando porque no se permitían ni online ni en los torneos? Ay online, cuánto daño ha hecho, yo recuerdo aquella época en la que dedicaba horas y horas a Smash haciendo batallas temáticas contra los NPC, repitiendo el mismo Evento una y otra vez solo porque me encantaba su temática, haciendo el cafre en el modo Entrenamiento ("voy a explotar todas las bombas a la vez a ver qué pasa"); hasta que llegó el online, lo que hizo que dedicase las mismas horas a Smash, pero simplemente jugando "una partida de verdad contra alguien de verdad" en lugar de buscando constantemente cómo exprimir al máximo todo lo que el juego me ofrecía.
Pero aun así, no olvido Smash 4, que como he dicho antes hubo una época en la que era el juego "en vigor": es decir, nos gustase más o menos, era el juego al que más horas dedicábamos. Es el juego con el que estuve los primeros años probando todos los modos y pasándomelos con todos los personajes y a la máxima dificultad posible, el juego encendía en cuanto me despertaba en las vacaciones de verano, con el que competía, con el que quedaba para jugar con gente a la que conocí por ese juego y que ahora son de mis mejores amigos... Era el "juego por defecto" para muchos de nosotros, como esa sitcom de confort de la que ves un par de capítulos aleatorios (Friends, Los Simpson) cuando te has acabado las series interesantes que estabas viendo y no te apetece empezar una nueva hoy. Porque era, legítimamente un buen juego, con su ritmo, con sus exploits y sus DLC rotos: seguía siendo un juego con los estándares de calidad de la saga Smash.
En el fondo, creo que Smash 4 no ha muerto para mí, igual que sí lo han hecho otros juegos de la saga. Si vuelvo a 64, Melee o Brawl de vez en cuando es porque me parecen reliquias del pasado que me apetece visitar y recordar cómo eran las cosas (todo esto es para mí, sé que hay gente para la que siguen siendo el juego vigente al que más tiempo dedican). A Smash 4 no lo veo así: siempre me dio la sensación de que Ultimate sustituyó por completo a Smash 4, al ser "lo mismo y más"; esto antes lo veía como algo negativo (no hay motivos para volver a Smash 4) pero ahora veo que tiene un punto positivo, es que Smash 4 sigue vivo en cierto modo. Al ver imágenes del juego no pienso "ostras, Brawl, qué antigüedad" sino "ah pero si es el 4, no Ultimate", casi como si fuera una actualización anterior en lugar de un juego diferente. El contexto en el que vivo actualmente no ha cambiado y sobre todo, disfruto de Ultimate de la misma forma de la que disfrutaba de Smash 4. Puede que "el software" haya sido sustituido, pero el sentimiento sigue vivo. Y eso es lo que hace a un juego inmortal.
Ramonium
Aquellos que me conozcan bien saben que Super Smash Bros. for Wii U es mi Smash Bros. favorito. De hecho, hace ya casi tres años escribí una columna en la que explicaba por qué me divierte más Smash 4 que Ultimate. Ya sé que mi opinión es muy impopular y que de gustos no hay nada escrito, así que no me extenderé demasiado explicando por qué creo que el competitivo de Smash 4 es mejor que el de Ultimate, ya que sé no voy a convencer a nadie (la realidad es que Ultimate es mucho más popular de lo que jamás fue Smash 4, y no podemos explicar ese fenómeno solo por las ventas escasísimas que tuvo Wii U). Sí diré que el recuerdo general de ese juego quedó empañadísimo por culpa de Cloud y Bayonetta, que destrozaron por completo el meta, pero también quiero incidir en que, sin los DLC, el juego era bastante disfrutable desde un punto de vista competitivo.
Por ello, solamente diré que la movilidad de Smash 4 es muy divertida, y que hay personajes cuyo set funciona mucho mejor en un videojuego como Super Smash Bros. for Wii U antes que en Ultimate. También, en algunas cosas, Smash 4 era más técnico (no hay nada como el glide toss, el dacus o el perfect pivot en Ultimate) y me gustaba que la curva de aprendizaje en el low y mid level fuera mucho más pronunciada que en el juego de Switch. Es decir, aporrear botones a nivel bajo funciona en Ultimate. En 4 (y en Brawl, y en Melee, y en 64) eso no sirve. También diré que, aunque la situación no sea comparable, Steve y Kazuya también han envenenado a su manera el competitivo de Ultimate, y que, al final del día, los dos juegos no son tan diferentes como pudiera parecer. Porque sí: para que Ultimate exista, antes ha tenido que haberse desarrollado Smash 4.
Pero bueno, dije que no me iba a extender demasiado explicando por qué considero mejor el competitivo de 4, ¿verdad? Para eso, ya tenéis la columna que he enlazado más arriba, y podéis usar los argumentos que vertí hace tres años para decir por qué estoy como una regadera. Así que me limitaré a hablar de lo que Smash 4 ha hecho por todos nosotros.
¿Por nosotros? Sí, por todos nosotros, los jugadores españoles de Super Smash Bros. en general.
Aunque Smash Bros. Spain nació en 2008, con Super Smash Bros. Brawl, su verdadera expansión y crecimiento llegó con Super Smash Bros. for Nintendo 3DS y Super Smash Bros. for Wii U. Aquí en España la gente se puso a jugar online en serio, empezaron a organizarse torneos importantes y muchísimos usuarios se animaron a competir por toda la geografía nacional. Llegaron torneos tan emblemáticos como el Sonic Boom o los primeros Tech Republic, e incluso nacieron comunidades como Smash Bros. Mallorca, que un servidor fundó en compañía de Moyans!!! cuando allá por 2014 creamos el mítico grupo de Facebook de la escena mallorquina.
Super Smash Bros. for Wii U no era un juego perfecto (no os equivoquéis: Ultimate no lo es tampoco), pero sí fue un título necesario para llegar a lo que somos hoy. La razón es simple: toda la comunidad actual se ha construido sobre la estructura que llegó con Smash 4. Si no fuera por el título de Wii U, las comunidades regionales, nacionales y mundiales y sus integrantes serían muy diferentes, y también los top players serían otros: no me cabe duda de ello.
Ultimate está construido sobre Smash 4, en todos los sentidos. Acabo de hablar de la comunidad de Smash, pero también es el caso del videojuego: aparte de que el juego de Switch se hizo sobre el título de Wii U (no en balde, en la primera versión de Ultimate había bugs de Smash 4), la obra de Wii U dio pistoletazo a una filosofía de desarrollo y marketing que perdura hasta hoy y que define la escena de Smash, tanto casual como competitiva.
¿Los anuncios de personajes rompe Internet? ¿Esos debates eternos sobre qué personaje llegará a Smash? ¿Los memes de Sakurai? Toda esta cultura se inició con Smash 4. Snake y Sonic rompieron Internet en 2006 y 2007, respectivamente, pero Smash 4, comenzando con Mega Man, inauguró una forma de entender el hype y la filosofía de Smash que ya ha cumplido más de diez años y que nos hace disfrutar del videojuego desde antes de su lanzamiento, todo ello en forma de eternos debates y especulación que hacen todavía más grande este museo vivo de nuestro medio que es la franquicia Super Smash Bros.
Porque... ¿qué jugador, sea casual o competitivo no ha fantaseado sobre su personaje favorito haciendo acto de presencia en la saga Smash? Smash 4 nos ha traído esto, y, aunque muchos le hagan ascos hoy, es un juego tan importante como necesario.
Y no, Smash 4 nunca morirá. Siempre podremos traer nuestras viejas Wii U a side events de Smash, como hemos hecho incontables ocasiones para Melee, Smash 64 o Brawl. Tarde o temprano, de hecho, Ultimate correrá su misma suerte: pasaremos al siguiente juego, y quizá en unos años me veáis escribir un artículo como este dedicado al popularísimo título de Switch. ¡Espero que volvamos a leernos cuando llegue ese momento!
Jasku
Estos últimos días me he visto sorprendido por una tristeza inusual. En el momento en que anunciaron el cierre de los servidores de Nintendo 3DS y de Wii U, me dispuse a aprovechar las últimas semanas de vida online de estas consolas jugando a aquellos juegos que me importaban. Y, durante todo el proceso, junto al placer y la diversión de experimentar nuevamente estas obras, me acompañó una pesadumbre que no preví. A la vez que disfrutaba, me preguntaba por qué me sentía de aquella forma.
Al principio pensé que me apenaba no poder volver a jugar a estos juegos online, que los echaría de menos. Sin embargo, jugando el torneo Smash 4Ever el domingo 7 de abril, me di cuenta de que aquel no era el caso: Smash Bros. 4 se sentía tosco, incómodo, a veces incluso molesto. Sincerándome conmigo mismo, reconocí que el juego no me gustaba tanto, y que no podía echarlo tanto de menos si no había vuelto a jugarlo en 5 años. Sin embargo, cuando ya estaba harto de jugar, pensando incluso en retirarme del evento, comenzó mi set contra ElSantoGTZ. Entonces ocurrió la más extraordinaria de las cosas.
Este fascinante suceso ocurrió por la más maravillosa de las casualidades: de todos los personajes que podría haber escogido mi contrincante, eligió a Diddy Kong. Podría haberse decantado por Samus Zero, por Roy o por cualquier otro, pero optó por Diddy, el personaje que usaba Dani018, contra quien jugué en el top 3 de cada torneo durante todo Smash 4, desde el principio hasta los últimos meses del juego. Y cuando aparecieron nuestros personajes en pantalla bajo la plataforma de Smashville y comenzó a sonar la música, me invadió una sensación indescriptible.
Desde que encendí la Wii U aquel día no fui capaz de jugar cómodo. No me salía nada: ni los combos, ni moverme, ¡ni siquiera los ataques Smash! Era como un principiante en su primer día, aprendiendo a hacer hasta las cosas más básicas. Pero, cuando me vi una vez más ante Diddy en Smashville, se despertó algo que llevaba muy dentro de mí, hasta escasos instantes antes enterrado y olvidado. Y así, de repente, supe cómo jugar bien al juego. Obviamente no recuperé mi nivel previo a Ultimate, pero la diferencia era verdaderamente notable. Me recordó a aquel famoso vídeo de la pianista anciana con Alzheimer que, al sentarla frente al piano, recuerda cómo tocar. Todo el día siendo incapaz de hacer el combo más básico de Sonic, y en cuanto me veo frente a Diddy Kong, juego como si apenas hubiera pasado el tiempo.
Y así, durante un instante, la más frágil de las cosas, me conecté con mi yo de 19 años. Como en un extraño trance, recuperé todo aquello que significaba Smash 4 para mí: mis rivalidades, los viajes, mi gente, mi comunidad. La vida de estudiante, el grupo de amigos. Recordé el entusiasmo que sentí con la salida de Smash Bros 4, la pasión, el optimismo de aquella época. Por un momento tuve 19 años otra vez, y entonces comprendí por qué me entristecía el cierre de los servidores: no era por los juegos en sí, pues ya he expuesto que en realidad no me importaban tanto, sino por recordarme el paso del tiempo. Si han cerrado los servidores de estas consolas, es porque ya son extremadamente antiguas. Mis 19 años ya quedan muy, muy atrás, y con ellos, la vida que entonces tenía.
El cierre de los servidores nos entristecieron, tanto a mí como a otros muchos, porque nos recordó que nunca más tendremos 18 o 19 años, y que jamás recuperaremos el mundo de aquella época. Que todo lo que solía ser nuestro hogar ya no lo es: las amistades, la comunidad y el juego están enterrados bajo años de vida adulta. No obstante, esta experiencia también me ha ayudado a llegar a cierta conclusión. No podemos ahogarnos en la nostalgia de soñar con un pasado que siempre parece más brillante; si una vez creamos un mundo tan lleno de optimismo, podemos volver a crear una nueva vida, ahora en nuestra adultez, que podamos recordar con entusiasmo. Una nueva época que en un futuro añoremos como nuestra adolescencia; una nueva etapa que signifique tanto para nosotros como nuestra época de Smash Bros 4.
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